jueves, 12 de julio de 2018

Una breve experiencia con la lactancia materna


Cada decisión es muy personal, si quieres amamantar estará bien y si prefieres dar el biberón también. Amamantar o no es una decisión de la madre, teniendo en cuenta cual es la más adecuada para el bebé y mamá.
Recuerdo estar embarazada de mis hijos y tener muy claro que quería darles el pecho,lo tenia muy presente y en ningún momento pensé si existiría la posibilidad de no poder darle por algún motivo, puede pasar que por cualquier cisrcustancia no podamos ofrecerle lactancia materna, aunque no es lo habitual, pienso que con unos pocos conocimientos y costancia todas podemos amamantar sin problema.
Sobre mi experiencia, mis dos lactancias fueron muy parecidas, aunque si que conforme fueron pasando los días fueron variando.
Tras el parto el inicio fue espontáneo, creo recordar que en menos de una hora, tanto el como ella ya se habían cogido solos al pecho; en el hospital donde nacieron nos dejaron solos durante ese proceso y creo que eso nos ayudó bastante para crear ese primer contacto con la lactancia, y a partir de ahí si que cada uno llevo su ritmo lactando.
Con Roberto la subida de la leche fue impresionante, de esas que te despiertas a media noche helada de frio con la sensación de querer explotar y la camisa del pijama mojada hasta el cuello, sinceramente, creía ser una vaca; en cambio con Sofia no hubo tal sensación pero también pudimos disfrutar de la lactancia materna; los dos por igual durante los 6 primeros meses, a demanda, improvisando según necesidades de ellos mismos.
Creo en la importancia de hacer tribu,ante tanta información, el poder estar rodeadas de mujeres que nos asesoren por decirlo de alguna manera es lo más valioso para mi, mi madre, mis abuelas me ayudaron muchisimo a la hora de haber tenido una lactancia para mi exitosa, recuerdo como mi abuela me miraba con cara amorosa cada vez que estando en casa querían mamar; tal vez seria el haberme contado como amamantó a sus hijos durante años el que yo sintiera que iba a ser capaz de amamantar a los mios, el poder hablar y preguntar con naturalidad.
En cuanto a problemas con la lactancia recuerdo alguna grieta dolorosa y una mastitis con Sofia, que pudimos tratar y seguir lactando sin más.
Si que hubo noches en las que me daba pereza levantarme cada hora, no diré que no, aquí es donde entra el papel de Sofia, con ella fueron noches sin pegar ojo, fue mas demandante y necesitaba estar mas tiempo con ella y aunque a veces pensé en tirar la toalla y darle un biberón, sabia que la lactancia materna era lo mas natural para ellos y en cierto modo todo compensaba esas noches en las que por momentos no sabia ni donde me encontraba, si estaba chafando a mi bebé o me había quedado helada de frío sentada en la cama (nacieron en invierno los dos), siempre diré que una sonrisa a media madrugada compensa todos estos desvelos, es tal el vinculo mamá-bebé que se crea que merece la pena, mas si sabes que le estas nutriendo de la mejor manera.
En cambio con Roberto fue mas llevadero porque si que me daba un rato para reponerme y descansar entre una toma y otra. Fue así porque tuvo que ser, los dos de diferente manera pero una vez cogieron su ritmo y nos adaptamos tanto con el como con ella  todo fue mucho mas cómodo.
Por aquel entonces no leí libros ni tenia información sobre lactancia materna, pero si que insisto, me sirvió de gran ayuda estar rodeada de mujeres que en su día habían lactado , a día de hoy me siento agradecida de haber podido contar con ellas, por que por naturaleza podemos amamantar pero sin apoyo, sin la información adecuada puede ser difícil.


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