¿Qué tal el verano?
Para mí este ha sido bonito, si, creo que esa es la palabra con la que lo resumo esta vez; he disfrutado de mis hijos, de mi familia y de mi misma; he visto a mis hijos disfrutar y con eso me vale; al final lo que más valoro es poder aprovechar el tiempo cerca de ellos; desde hace un par de años optamos por pasar unos días de hotel mejor que otra cosa, con el plan de no hacer nada, después del año de no parar se agradecen unos días en los que pensar en una misma y no preocuparse por nada más, porque aunque estén revoloteando por tu lado y te tires el día inflando flotadores y echando protección solar aún quedan unos minutillos para poder estar a solas, leer un poco, pensar y reponer, las que sois madres sabéis que aunque sean unos minutillos, se agradece.
Tras la vuelta seguimos disfrutando, con lo que el verano sigue yendo de maravilla, hasta he tenido la oportunidad de volver a lugares de mi infancia que me hicieron recordar tantos momentos en familia, sin duda Nerja guarda recuerdos bonitos.
Y ahora volviendo a la tierra... Se acaba el verano y seguro que la mayoría estamos ya retomando, preparando la vuelta al trabajo y al colegio; Sofía empieza infantil, y Roberto primaria, con lo cual se avecinan cambios, sobre todo para él, así que a ver con que nos sorprende el curso porque tendremos que adaptarnos todos, pero con calma, no hay porque agobiarse de momento, además mi propósito para este año es estar a su lado en esta nueva etapa y estén contentos.
La rutina que seguiré con Roberto y Sofia esta próxima semana será cambio de horarios, se acuestan tarde y no madrugan, así que normalmente unos días antes de empezar el colegio los acuesto en el horario en el que normalmente se acuestan durante el curso escolar, para que no noten mucho cambio y además el día de empezar vayan descansados; también un poco el horario de las comidas, igualmente para no cambiarles el ritmo de golpe.
Terminando de preparar libros, material y ropa creo que ya lo tengo todo controlado para que empiecen.
