lunes, 11 de junio de 2018

Espasmo del sollozo

Desde bebé Sofía fue una niña muy demandante, lo normal en un bebé también ,pero alrededor del año empezamos a ver reacciones que antes no conocíamos; recuerdo un día tras una insignificante rabieta,como se puso morada y no arrancaba el llanto,duró unos quince segundos, que se hicieron interminables pero lo dejamos como resultado de su enfado, y reconozco que pensamos que era una rabieta mas.

Le volvió a repetir en varias ocasiones, siempre tras una rabieta y antes de llorar, en cuestión de segundos, presentaba cianosis, en labios, dedos y manos,  rígida, y en ocasiones hasta perdía la fuerza y se desvanecía, aunque nunca llegó a perder la conciencia.
En la consulta de la revisión anual, le volvió a pasar allí mismo, y su pediatra nos comentó porqué le ocurría, era "espasmo del sollozo" , en ese momento no sabia que me estaba diciendo, pero tras un poco de información nos quedamos mas tranquilos.

Los espasmos del sollozo ocurren tras una caída, un susto o una rabieta; el niño deja de respirar de golpe poniéndose morado o pálido hasta arrancar el llanto, incluso llegando a desvanecerse, volviendo a un estado normal en cuestión de segundos.
Aunque de primeras puede asustar debemos mantener la calma, evitando agitar al niño, ya que no hace que reaccione antes. No será necesario reanimar, ya que vuelve a un estado normal en unos segundos.

Cuando acudir a urgencias:
Si el niño o niña es menor de seis meses.
Si no se recupera tras más de cinco minutos.
Cuando el espasmo no haya sido producido por algún motivo,como un golpe, susto o tras un enfado.

Su pediatra nos explicó que es un proceso benigno, que no produce daños ni a corto ni a largo plazo y es frecuente en la infancia, sobre todo en niños de dos o tres años aunque podría presentarse hasta los cinco años.
Aun así nos recomendó la valoración por otros especialistas, pasamos por cardiólogo y neurólogo para descartar otras causas y asegurar que simplemente se trataba de espasmo del sollozo, después de los tres años no le volvió a pasar, aunque esos dos años antes de conocer por que le ocurría nos preocupaba, ahora sabemos que fue algo puntal y normal, aunque siempre es recomendable valorar los síntomas por el pediatra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario