Mi padre fue militar (ya está retirado),mi marido también lo es,los dos embarcados,así que con mi marido vuelvo a revivir cada etapa de mi infancia,y ahora con hijos se como ellos se sienten,se como se encuentran cuando llevan meses sin ver a su padre y preguntan por él,se lo que sienten el día de antes a su vuelta a casa,y por supuesto se como se sentía mi madre,sola ante el trabajo con dos niños y una casa que llevar como una puede.
Recuerdo el no ver a mi padre durante largas temporadas,volvía y a los pocos días a veces tenia que volver a salir,recuerdo despedidas,y vueltas,por supuesto,vueltas que desde el día de antes parecía que no iban a llegar;también recuerdo esa sensación en el estomago cuando llegaba el día,ver entrar un barco a puerto,celebrando,viéndolos entrar con sus sonrisas al ver quien los espera,para mi,para los que nos quedamos aquí es duro,pero para ellos que están fuera de casa se vive de otra forma,recuerdo abrazos y olores que ahora con el vuelvo a revivir,con el doble de amor,por los recuerdos y por su vuelta.
Cuento esta historia resumida porque ahora estamos en esa situación,fuera dos meses y aún nos quedan veinte días, ¡solo veinte días! , los pequeños ya empiezan a preguntar desde hace unos días,echan de menos,se impacientan y preguntan,preguntan donde está,cuantos días faltan y por qué no viene ya;sé que en unos años lo entenderán,pero mientras solo me queda contarles que es un trabajo pero que en unos días estará en casa con ellos.
Vuelvo a mi infancia cuando me cuentan que lo echan de menos,y a veces tengo que ser fuerte para no soltar una lágrima cuando les digo que estén tranquilos porque él no los olvida y vendrá pronto;también ser fuerte y animar desde el teléfono cuando él me cuenta que los echa de menos y lo anímo como mejor sé.
Cada ida es un hasta pronto,pero cada vuelta es una emoción,una espera que parece que no llega pero que cuando llega se vive,para mi además volviendo a ser una niña,para ellos quedando en sus mejores recuerdos que contar.
Recuerdo el no ver a mi padre durante largas temporadas,volvía y a los pocos días a veces tenia que volver a salir,recuerdo despedidas,y vueltas,por supuesto,vueltas que desde el día de antes parecía que no iban a llegar;también recuerdo esa sensación en el estomago cuando llegaba el día,ver entrar un barco a puerto,celebrando,viéndolos entrar con sus sonrisas al ver quien los espera,para mi,para los que nos quedamos aquí es duro,pero para ellos que están fuera de casa se vive de otra forma,recuerdo abrazos y olores que ahora con el vuelvo a revivir,con el doble de amor,por los recuerdos y por su vuelta.
Cuento esta historia resumida porque ahora estamos en esa situación,fuera dos meses y aún nos quedan veinte días, ¡solo veinte días! , los pequeños ya empiezan a preguntar desde hace unos días,echan de menos,se impacientan y preguntan,preguntan donde está,cuantos días faltan y por qué no viene ya;sé que en unos años lo entenderán,pero mientras solo me queda contarles que es un trabajo pero que en unos días estará en casa con ellos.
Vuelvo a mi infancia cuando me cuentan que lo echan de menos,y a veces tengo que ser fuerte para no soltar una lágrima cuando les digo que estén tranquilos porque él no los olvida y vendrá pronto;también ser fuerte y animar desde el teléfono cuando él me cuenta que los echa de menos y lo anímo como mejor sé.
Cada ida es un hasta pronto,pero cada vuelta es una emoción,una espera que parece que no llega pero que cuando llega se vive,para mi además volviendo a ser una niña,para ellos quedando en sus mejores recuerdos que contar.
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